Para empezar el día con energía y el cuerpo bien hidratado, propongo un exfoliante de lo más sencillo.
INGREDIENTES:
- Aceite de oliva.
- Café. (pueden ser los posos)
Hay personas que les sienta bien el café y otras que no. Yo personalmente no toma café, no me cae bien en el estómago y prefiero evitar excitantes que alteren mi sistema nervioso. Mi compañero sí lo toma, así que utilizo sus posos. También se podría utilizar el café molido o darle un hervor con poca agua y desechar después el agua.
Preparación:
En un bote o bol ir añadiendo el aceite de oliva a los posos del café y mezclar con una cucharilla hasta que quede una pasta. La cantidad a ojo, no es importante. Podemos dejarlo en el baño y dura varios días.
Cómo utilizarlo:
En la ducha, después de lavarnos, coger un poco con las manos e ir frotando la pasta dibujando círculos por todo el cuerpo, esperar unos minutos y aclarar bien. Podemos empezar en los pies e ir subiendo. Yo evito la cara, creo que hay maneras más amables de exfoliarla.
En el aclarado hay que insistir un poco para no salir de la ducha con algún poso de café pegado al cuerpo, jeje. Pero merece la pena, la piel queda muy muy suave y bien hidratada y el café nos deja bien despejad@s.
Suelo aprovechar el día que me lavo el pelo y dejo la mascarilla para el pelo y el café a la vez. La última vez me llevé una infusión a la ducha para tomarla en la espera y la verdad que fue una experiencia de lo más interesante.
Photo by Mark Daynes
Antes de exfoliar la piel para abrir bien los poros, podemos darnos una pasada de agua lo más caliente que nos resulte cómodo. Después de la exfoliación si nos animamos, una rápida pasada con agua fría y list@s para enfrentarnos a lo que sea. Secar sin frotar demasiado y punto, no hace falta darnos crema.
Para días con menos tiempo:
Otra manera de exfoliar el cuerpo todavía más sencilla es el cepillado en seco. Cepillar dibujando círculos de manera ascendente antes de duchar.
